Cuando todos duermen y el cielo se pone oscuro, yo miro por mi ventana y me invento este conjuro:
- Que el gato negro que camina en los tejados ilumine tu casa con sus ojos dorados.
Y que los ojos dorados del gato del tejado hagan que tu cabello se quede parado.
- Que esa bruja de vestido negro y elegante ponga en tu almohada a un pequeño elefante.
Y que el elefante de la elegante bruja tenga en la barriga dos corazones y una burbuja.
- Que esa araña negra que teje y teje en tu pared, ponga en tu mesita de noche, un refresco para la sed.
Y que el refresco de la araña sea de limón, pero que esté adornado con un trocito de carbón.
Me río largamente solo de imaginar que estas cosas puedan ocurrir un día.
Luego de mirar el cielo oscuro, cierro la ventana y me acuesto a descansar.
Ahora sé que mi conjuro traerá a todos, mucha luz y diversión para soñar.
